Hace algunos días estaba viendo en Youtube un video de una entrevista que le hacían entre algunos escritores a Neil Gaiman, para quienes no sepan, Neil esta ciertamente en mi lista de los mejores 10 escritores de ficción y lo único que lamento es que no sea más prolífico. Como sea ¿en esta entrevista le preguntaron si el era el tipo de escritor que relata o que muestra?
Verán hay un debate sobre si uno como escritor debe relatar una historia, mostrarla, ciertamente yo pensaba que era lo último, es más, era de aquellos que hacia barra procurando mostrar tanto como pudiese en mis relatos ¿y saben? Craso error, pero luego entro es más detalles.
Bien le preguntaron a Neil y para mi sorpresa respondió, que él es en esencia, un cuenta cuentos que usa el mostrar como un recurso, y me dejo perplejo. No podía ser que años del Show Don´t Tell, estuvieran errados, después de todo es algo que repetían hasta el cansancio en los primeros cursos de escritura que tome.
Bueno lo tome deportivamente, pero me quedo la cosquilla. La semana pasada, estaba en la parte de taller de un curso de escritura de novela, todo jorondo modificaba una pieza de historia a la que le estaba insertando más salsa, o más bien añadiendo más dialogo para que encajara mejor en el tema que analizamos esta semana, para mi sorpresa la recomendación que me dieron fue que tenia demasiados adjetivos, esa es parte de la historia, me pareció interesante, pero no lo entendí del todo.
Esta semana continue mi recien retomada, rutina de ejercicios, esta escultura griega que tengo de cuerpo no se mantiene solo, algo debo hacerlo y bueno, no quiero caer muerto de un temprano ataque al corazón, como es costumbre durante mi recorrido en bicicleta, o escucho música o esucho un libro, mi selección de esta ultima semana fue el libro que justo estamos usando en el curso llamado: Guía del escritor, del Taller de escritores de Gotham – Escribir ficción, ya para el final del libro toca el tema “Eliminar y retocar” del cual citare lo siguiente:
«Omite las palabras innecesarias», dice la Agencia EFE. Yo no lo podía haber dicho mejor. Y seguro que no lo podría haber dicho de modo más conciso.
Tal vez tanto eliminar parezca masoquista pero la realidad es que una obra escrita que funcione bien con cinco mil palabras no debería extenderse hasta las diez mil. Y te sorprendería ver todo lo que puedes eliminar. Tanto de lo que decimos está implícito; tanto de lo que hemos incluido se podía deducir o imaginar. Recuerda que el lector quiere participar en tu historia. Si imaginas por él, se sentirá sin lugar. Además, la imaginación del lector escribe mejor de lo que tú o yo pudiéramos hacer jamás, así que, ¿por qué no le dejamos que haga parte del trabajo? Piensa que es casi seguro que serás el único que echarás de menos lo que has quitado de un texto. Al contrario de lo que ocurre con la pintura al óleo, las palabras no cuestan nada; usa tantas como quieras, táchalas todas, usa algunas más… son gratis. En otras palabras, no hay excusa para salvar las palabras.
Ok les traduzco, el deber de un escritor es relatar una historia, para esto hay muchos recursos literarios a la mano, el mostrar es uno de ellos, es un grave error, mostrar tanto durante el relato, que sumerjamos durante la descripción al lector al punto de ahogarlo sin dejarlo disfrutar de este y sobre todo saturándolo de detalles que en muchos casos además de innecesarios agobian al lector.
Podría extenderme mas ya que buena parte del resumen final en este libro toca de una u otra manera este tema, es mas en el siguiente libro que justo ahora estoy leyendo que se llama: ZAPATA Angel – La Practica del relato Manual de estilo literario para narradores, abarca este tema al inicio.
Ciertamente me cuesta creer, que dos libros de distintos escritores, publicados por diferentes editoriales, ponderen este tema si no tiene un gran peso ¿y saben? tienen razón. Después de todo el idioma es la herramienta por excelencia del escritor y muchas veces, abusamos de estos recursos, cuando comunicarse, más si se trata de las comunicaciones cotidianas son todo menos un ejercicio de rimbombantes palabras, la comunicación debe ser sencilla y entregar un mensaje que pueda ser comprendido por la mayoría de los humanos.
Así que para resumir, no se preocupen por el impacto literario que pueda tenerlo escrito, preocúpense de que sea compresible, que enganche, captando la atención del lector y lo enmarañe en la trama so suficiente como para terminar la historia, de nada sirven una gran historia si nadie la lee o si esta tan recargada que cueste leerla.
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